La biotecnología es una disciplina que aplica conocimientos de biología, química, genética y tecnología para el desarrollo de productos y soluciones innovadoras. En la industria cosmética, ha generado grandes avances en la formulación de productos para el cuidado de la piel y el cabello, utilizando ingredientes naturales y técnicas sostenibles y controladas para ofrecer soluciones más efectivas y personalizadas.
A continuación, exploramos cómo estos avances están impactando los productos que usamos diariamente.
Beneficios de la biotecnología aplicada a cosmética
La biotecnología aplicada a la cosmética ofrece una variedad de ventajas que la convierten en una disciplina clave para el futuro de la industria. Estos son algunos de sus principales beneficios:
La biotecnología promueve el uso de fuentes renovables y técnicas ecológicas, reduciendo así el uso de recursos menos sostenibles. Se pueden obtener numerosos ingredientes con un bajo impacto en el medio ambiente.
Los ingredientes activos producidos mediante estas técnicas, como el ácido hialurónico, tienen una mayor pureza y estabilidad, lo que se traduce en una mayor eficacia en los tratamientos.
Permite el desarrollo de ingredientes nuevos que no se encuentran fácilmente en la naturaleza o en cantidades significativas. Por ejemplo, enzimas específicas para llevar a cabo ciertos tratamientos.
La biotecnología permite desarrollar productos personalizados dependiendo del tipo de piel o cabello de cada persona, ofreciendo soluciones más precisas y adaptadas a las necesidades de cada uno.
Aplicaciones cosméticas en productos capilares
El cuidado del cabello es uno de los campos donde la biotecnología ha hecho avances significativos. Las proteínas biotecnológicas, los antioxidantes y los péptidos juegan un rol crucial en la formulación de productos capilares más avanzados.
Reparación del cabello dañado
El uso de proteínas biotecnológicas, como la queratina hidrolizada, ayudan a reparar el cabello dañado, restaurando su fuerza y elasticidad. Estas proteínas penetran en la fibra capilar, mejorando también su estructura interna.
Estimulación del crecimiento capilar
Péptidos bioactivos y factores de crecimiento desarrollados biotecnológicamente pueden estimular los folículos pilosos, promoviendo un crecimiento más fuerte y saludable del cabello.
Protección contra agresiones externas
Ingredientes como antioxidantes derivados de algas y plantas, desarrollados por biotecnología, protegen el cabello del daño causado por factores ambientales como la contaminación y los rayos UV.
Aplicaciones cosméticas en productos para la piel
La biotecnología también está haciendo grandes contribuciones en la formulación de productos para el cuidado de la piel, desde la hidratación hasta los tratamientos antienvejecimiento.
Hidratación
Ingredientes biotecnológicos como el ácido hialurónico, uno de los ingredientes más utilizados en cosmética, pueden mejorar significativamente la hidratación de la piel. Se puede obtener diferentes tamaños moleculares, con beneficios tanto a nivel de hidratación como de antienvejecimiento.
Antienvejecimiento
Existen numerosos activos biotecnológicos que actúan combatiendo la aparición de arrugas y líneas de expresión a través de diferentes mecanismos moleculares, por ejemplo, a través de la producción de colágeno y elastina. Un ejemplo de ello son los péptidos.
Tratamiento de manchas y despigmentación
Enzimas y compuestos específicos pueden inhibir la producción excesiva de melanina, ayudando a igualar el tono de la piel y reducir manchas.
Regeneración celular
Los probióticos y prebióticos derivados de la biotecnología equilibran el microbioma de la piel, lo que mejora la función barrera, la capacidad regenerativa y la protección frente a agresores externos.
Ingredientes biotecnológicos clave
Algunos de los ingredientes más importantes en la cosmética moderna son desarrollados mediante biotecnología. Aquí destacamos algunos de los más utilizados:
Quizá el más conocido de todos. Se obtiene mediante la fermentación bacteriana, utilizando microorganismos como Streptococcus. Dependiendo de su tamaño molecular, puede actuar de una forma u otra en la piel. El de alto peso molecular se queda en las capas exteriores e hidrata la superficie de la piel, mientras que el de bajo peso molecular puede penetrar en las capas más profundas, hidratando desde el interior y mejorando los signos del envejecimiento
Se sintetizan mediante técnicas complejas de ingeniería genética. Su principal aplicación es prevenir los signos del envejecimiento a través de diferentes mecanismos: estimulación de colágeno, aumento de la elasticidad de la piel, etc. A nivel capilar, también pueden ayudar a fortalecer el folículo piloso.
Se obtienen a través de la fermentación de levaduras como Saccharomyces cerevisiae o de otras fuentes vegetales. Se trata de lípidos similares a los que tenemos naturalmente en nuestra piel, que ayudan a mantener en buen estado la barrera protectora. En la piel, mejoran la hidratación al evitar la pérdida transepidérmica de agua y en el cabello reducen la sequedad.
Tienen numerosos beneficios. Los probióticos son las bacterias vivas, mientras que los prebióticos son aquellos nutrientes que las alimentan. Se cultivan a partir de bacterias como Lactobacillus mediante fermentación, mismo proceso que se emplea en la producción de alimentos, como pan, vino y cerveza.
En la piel, ayudan a equilibrar el microbioma, reforzar la función barrera, prevenir el envejecimiento y mejorar el equilibrio del cuero cabelludo sensible.
Además de estos, hay otros muchos ingredientes interesantes, como son las proteínas de seda, el colágeno vegetal, y otros que son muy necesarios en la formulación de productos cosméticos: glicerina, ácido láctico, ácido cítrico… Estos aseguran una buena sensorialidad y estabilización de las fórmulas, actuando como humectantes o reguladores del pH.
Extracción tradicional vs biotecnología
Tradicionalmente, la extracción ha sido un proceso ampliamente utilizado para obtener activos a partir de plantas, minerales, etc. La diferencia con la biotecnología reside principalmente en los procesos empleados, así como en la eficiencia, la sostenibilidad y la pureza de los ingredientes obtenidos.
Por un lado, en la extracción se parte de materias primas naturales, y a través de técnicas como la maceración, destilación o prensado, se aíslan los compuestos deseados. En este caso, la concentración y la calidad del activo pueden variar según el ingrediente del que partamos y de todo el proceso. Por ejemplo, si partimos de una planta, el resultado final puede variar dependiendo de dónde esté cultivada o de la estación del año. Además, en ocasiones, estas prácticas necesitan grandes cantidades de materia prima y de agua, lo que supone un impacto negativo en el medio ambiente.
Por otro lado, en la obtención mediante biotecnología, los activos se producen o modifican a partir de organismos vivos (bacterias, levaduras, algas…), mediante procesos controlados como la fermentación o ingeniería genética. Esto tiene la ventaja de que se consiguen activos con mayor pureza y siempre de la misma calidad. Además, necesitan menos materia prima y se producen de forma más eficiente, con mayor pureza y menor impacto ambiental. Por ejemplo, la extracción de ácido hialurónico mediante fermentación reduce la necesidad de extraerlo de animales.
En resumen, la extracción tradicional implica obtener ingredientes directamente de la naturaleza, lo que supone un impacto ambiental mayor y variabilidad, mientras que la biotecnología permite una producción más eficiente, sostenible y consistente de ingredientes, eliminando la dependencia de recursos naturales limitados.
La biotecnología ha revolucionado la industria cosmética al ofrecer soluciones avanzadas y sostenibles para el cuidado del cabello y la piel. Desde ingredientes sencillos y eficaces hasta la posibilidad de personalizar los tratamientos, esta ciencia ha permitido un salto cualitativo en la calidad y los beneficios de los productos cosméticos. Además, su enfoque sostenible responde a las crecientes peticiones de productos más respetuosos con el medio ambiente y la salud del consumidor.